Raul Alfonsin: historia, arquitectura e identidad
Chascomús es conocida por su laguna, su calma de pueblo grande y su arquitectura cargada de memoria. Pero entre sus calles también esconde rincones inesperados, como la casona que fue hogar de un expresidente: la casa donde vivió Raúl Ricardo Alfonsín.
Ubicada en Lavalle 227, frente a la Plaza Independencia y en pleno casco histórico, esta vivienda fue testigo de décadas de vida familiar, actividad política y recuerdos que aún laten en sus rincones. Hoy, reconvertida en el hotel boutique Casa Laurel, combina memoria, arquitectura neocolonial y diseño contemporáneo en un mismo espacio.

De pensión y restaurante a hogar presidencial
La casa fue construida hacia 1910 y originalmente funcionó como pensión y restaurante, propiedad de la familia Cerviera. Por entonces, Chascomús era una ciudad de paso para viajeros que venían del interior o iban hacia la costa atlántica, y esta casona ofrecía hospedaje y comida casera a quienes hacían escala.
En la década del ’50, el joven Alfonsín se instaló allí con su esposa María Lorenza Barreneche y sus seis hijos. Además de ser su hogar, en ese mismo lugar funcionaba su estudio jurídico. Durante casi veinte años fue escenario de su vida cotidiana y profesional, recibiendo incluso a figuras destacadas como Arturo Illia y Ricardo Balbín. Para los vecinos, sin embargo, la casa nunca perdió su carácter cercano: seguía siendo la de “Raulito”, como lo recuerdan con cariño.
Arquitectura con identidad local
La vivienda se ubica en una calle todavía adoquinada, rodeada de fachadas bajas, balcones antiguos y esquinas sin ochava. Este paisaje urbano le da carácter a la zona y refleja la estética de la arquitectura barrial del interior bonaerense.
En Chascomús, esos detalles no son una excepción: son parte del paisaje. La casa se alinea armónicamente con otros íconos del centro, como el Teatro Brazzola, la Iglesia Catedral, el Club de Pelota y el Palacio Municipal.

Su tipología responde a la clásica casa chorizo: fachada rectangular, zaguán central, aberturas altas y angostas, techos elevados y distribución en torno a un patio. A la vez, su estética se ve marcada por el estilo neocolonial, típico del centro histórico de Chascomús. Esta corriente recupera el lenguaje hispano con líneas sobrias, rejas de hierro, pisos calcáreos y techos a dos aguas.
A lo largo del tiempo, la vivienda fue recibiendo reformas. En la década de 1980, el arquitecto Ricardo Calderón llevó adelante una puesta en valor respetuosa de su carácter original. Finalmente, en 2010, la casa fue declarada edificio de valor patrimonial.

De pasado a futuro: un nuevo uso con respeto
Más allá de su valor histórico, esta casa es un ejemplo de cómo la arquitectura puede trascender su función inicial y adaptarse a nuevos usos sin perder identidad. Su reconversión en un hotel boutique demuestra que es posible transformar sin borrar y proyectar sin olvidar.
En un presente donde muchas veces el diseño se orienta únicamente hacia lo nuevo, la casa de Alfonsín en Chascomús nos recuerda que conservar también es un acto de futuro. Porque proteger lo que forma parte del paisaje emocional de una ciudad es darle nuevas oportunidades de vida.
Desde MB Bonessa Arq. creemos en eso: en diseñar espacios que respeten su historia y potencien su nueva vida.
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